Barro Tal Vez
Política y Subjetividad
sábado, 31 de marzo de 2012
jueves, 27 de octubre de 2011
EL FLACO QUE CAMBIÓ LA HISTORIA
Homenaje a Néstor
Kirchner a un año de su muerte.
La muerte de Néstor Kirchner fue uno de los golpes más duros
que vivió el pueblo argentino. Podría ser esperable, se trataba de un ex
Presidente reciente, todavía un actor principal de la vida política del país y
hasta un posible candidato a un nuevo período presidencial. Sin embargo, y
aunque parezca difícil, Néstor era más que todo eso. Casi un desconocido para
la mayoría del país hasta 2003, en siete años se había convertido en una figura
trascendente de la vida política. En 2001, amplios sectores ciudadanos habían
alcanzado los niveles más altos de desencanto y hastío respecto de las élites
políticas. Desde 1983 habían gobernado radicales, peronistas y hasta la alianza
con promesas progresistas que integraba al Frepaso. La sensación generalizada
de la población era que los partidos políticos y sus dirigentes debían ser
reemplazados en bloque. ¡Que se vayan todos! Era el recordado grito popular.
Pero la pregunta era obvia: si se van todos, ¿quién viene? Las asambleas
populares y los movimientos territoriales debatían la construcción de un nuevo
orden político, cercano a la democracia directa. Duhalde pensó en algún momento
que la represión era el camino para normalizar el país. El asesinato de Maxi y
Darío fue el resultado de tal decisión y se vio obligado a anticipar el llamado
a elecciones. En la compulsa de 2003, votó el 78% del electorado y los seis
candidatos más votados resultaban del desgajamiento de los dos partidos
tradicionales. El voto en blanco alcanzó niveles mínimos. La mayoría de los
votantes querían una recomposición política democrática del país.
miércoles, 17 de agosto de 2011
Mazzorín, los pollos y los medios
Hoy en día, que discutimos con pasión y justicia el papel de los medios en las sociedades contemporáneas, resulta interesante ver cómo los medios operaron en un caso de los primeros años de la actual etapa democrática (1988, más precisamente). Así como en tantas otras oportunidades, las grandes corporaciones mediáticas, sobre la base de sus intereses directos o bien aliados a los de las grandes empresas concentradas, "mataron" política y moralmente a un funcionario honesto. Ricardo Mazzorín, un hombre de ideas progresistas en el gobierno de Alfonsín (Raúl, si alguna falta hace decirlo) intentó enfrentar a las grandes comercializadoras y exportadoras concentradas. Para recordar cómo le fue, transcribimos una nota del sitio Minutouno.com de hace algo más de tres años. Hay que reivindicar a los patriotas que hicieron frente a los grandes poderes que han venido manejando este país a voluntad hasta hace ocho años, ver cómo operan los medios para defender sus intereses corporativos y los de sus amigos y también valorar a los gobiernos que no les temen (y no puedo referirme en tal sentido a aquel en que oficiaba Mazzorín). Veamos.
lunes, 8 de agosto de 2011
miércoles, 3 de agosto de 2011
El mundo que viene
Es difícil la futurología. Uno puede terminar pareciendo un aprendiz de profeta o Elisa Carrió. Sin embargo, es posible y hasta cierto punto entretenido imaginar lo que puede suceder en un futuro determinado proyectando tendencialmente las condiciones del presente. Eso se llama prospección. Probemos.
Si consideramos el tiempo en que vivimos, lo situamos en una serie histórica y proyectamos el vector resultante hacia adelante, deberíamos decir que iniciamos una década de enormes cambios en el orden mundial.
Si consideramos el tiempo en que vivimos, lo situamos en una serie histórica y proyectamos el vector resultante hacia adelante, deberíamos decir que iniciamos una década de enormes cambios en el orden mundial.
martes, 2 de agosto de 2011
De Jorge
Ingresé a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA en 1979. Plena dictadura militar, era necesario encontrar los huecos para respirar en un ambiente más que pesado. La represión, la desaparición forzada de personas, la cárcel, la tortura, el exilio y la censura dominaban el país. Mi propio padre había salido de la cárcel unos meses antes, después de un año y medio preso por su actividad como profesor en la Universidad del Sur. Por supuesto, no había actividad política en la universidad y cualquier intento de ejercerla era preámbulo de la desaparición. Todos sabíamos que, incluso, podía haber servicios entre nosotros.
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